No pedí tu opinión

Somos seres que han normalizado relacionarse bajo ciertas costumbres.
Una de ellas, es el opinar sobre el aspecto ajeno con propiedad, es decir, expresar opiniones, juicios de valor o simples comentarios sobre el cuerpo de quienes nos rodean, sin consciencia de que esto podría afectar a quien escucha.

Muchos se dan el “lujo” de expresar lo que opinan sobre el cuerpo de otra persona con comentarios del tipo “haz subido de peso” o “haz bajado de peso” e incluso acompañan eso comentarios con juicios o recomendaciones al respecto, por ejemplo “haz subido de peso, deberías ponerte a dieta” o “haz bajado de peso, te vez mucho mejor así”. Los otros no saben cuales fueron las circunstancias que llevaron a esa persona a subir o bajar de peso, tampoco saben si lo hizo a propósito o algo ocurrió y paso sin que esa persona lo quisiera.

Es relevante tomar consciencia de este fenómeno, ya que solo así podemos promover un cambio.

¿Queremor promover la auto crítica o el auto cuidado?
¿Queremos ser parte de la preocupación y apoyo para el otro o un reflejo más de un conflicto?

Nuestro lenguaje tiene el poder de transformar nuestra percepción de la realidad, y afectar la del resto! Es por esto que debemos ser responsables con los comentarios que uno hace, por muy “buena onda” que se hagan.


Asíque, la próxima vez que pienses en comentar sobre la subida o baja de peso de una persona, pregúntate si eso es relevante realmente, quizás te des cuenta de que su cuerpo está expresando algún conflicto interno, quizás esa persona necesita que le muestren afecto, en lugar de un comentario que podría llevar a una baja autoestima y auto crítica.

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