¡Alohaa! Te escribe Constanza Hasche, pero me dicen Coty. En este espacio, junto a Paski, nutricionista, queremos compartir contigo herramientas para mejorar tu relación con la comida y tu cuerpo, así como hacerte reflexionar.
Te hablo como psicóloga, pero también como alguien que, en su momento, buscó respuestas y no las encontró en los profesionales de salud. Fue al estudiarlo y vivir mi propio proceso que descubrí información valiosa, y hoy quiero compartirla contigo porque sé lo transformadora que puede ser.
Para empezar, hablemos de lo esencial: ¿qué es la psiconutrición y qué no es? Además, te contaré por qué la recomiendo a ciegas!!
La relación con la comida es mucho más que contar calorías o seguir un plan alimenticio al pie de la letra. Es una experiencia profundamente influenciada por nuestras emociones, pensamientos, creencias y vivencias. Es aquí donde entra en juego la psiconutrición o psicología de la alimentación: un enfoque integrativo que une la nutrición y la psicología para ayudar a las personas a mejorar su relación con la comida y su cuerpo de manera sostenible y compasiva.
El punto más importante aquí es la palabra “Compasión”. Estamos acostumbrados a un sistema donde la culpa, los juicios y los malos tratos hacia uno mismo (y a las decisiones alimentarias) son parte del día, por lo que si no hay compasión en tu proceso de cambio, no va a haber algo sostenible a largo plazo.
Qué es la psiconutrición
Para nosotras como Nutrimind y en nuestra forma de ejercerla, la psiconutrición es una disciplina que estudia la conducta alimentaria considerando los factores emocionales, contextuales y mentales que influyen al tomar la decisión de comer, es decir, estudia la relación con la comida y los factores que influyen en ella. Su objetivo es acompañar a las personas en el proceso de reconectar con su cuerpo, aprender a escuchar sus señales de hambre y saciedad, gestionar las emociones sin recurrir a la comida como único recurso y quitar o reprogramar creencias erróneas sobre lo que significa comer “bien”.
Este enfoque promueve un bienestar y salud integral, considerando que la comida no es solo combustible, sino también placer, cultura, emoción y convivencia. La psiconutrición se basa en principios como:
- Unión mente y cuerpo: Comprender cómo mente y cuerpo se influyen mutuamente y notar las diferencias subjetivas que se dan en cada persona.
- Alimentación intuitiva y consciente: Aprender a reconocer y respetar las señales del cuerpo sin seguir dietas restrictivas.
- Gestión emocional: Identificar cómo las emociones influyen en la manera de comer y desarrollar herramientas para gestionarlas sin recurrir a la comida como vía de escape.
- Desmitificación de la cultura de dieta: Cuestionar mitos y reglas estrictas sobre la alimentación para construir una relación más libre y saludable con la comida.
- Autoaceptación y bienestar corporal: Trabajar la imagen corporal desde la amabilidad y el respeto, en lugar de la autocrítica y la insatisfacción constante.
Qué no es la psiconutrición
Existen muchos mitos en torno a este enfoque, por eso es importante aclarar lo que la psiconutrición NO es:
- No es una dieta disfrazada: No se trata de contar calorías, eliminar grupos de alimentos o seguir reglas estrictas, sino de aprender a comer de manera flexible y adaptada a cada persona.
- No es solo hablar de emociones: Si bien la parte psicológica es clave, también se trabaja la educación nutricional para entender cómo nutrir el cuerpo sin culpas ni restricciones.
- No es promover el desorden alimentario: La psiconutrición no fomenta comer sin ningún tipo de estructura, sino desarrollar una relación más equilibrada y consciente con la comida.
- No es solo para quienes tienen problemas alimentarios graves: Cualquier persona puede beneficiarse de este enfoque, desde quienes han luchado con dietas toda su vida hasta quienes simplemente quieren aprender a comer sin ansiedad ni culpa.
¿Cómo puede ayudarte la psiconutrición?
Si sientes que la comida es una fuente constante de culpa, ansiedad o frustración, la psiconutrición puede ayudarte a recuperar la paz con la alimentación. En Nutrimind trabajamos desde un enfoque integral y sin juicios, acompañándote en el proceso de transformar tu relación con la comida y tu cuerpo para que puedas disfrutar de una alimentación libre, consciente y placentera.
Algunos beneficios que si o si experimentas, son: Mejorar la relación con tu alimentación y la comida, dejas de tener culpa, dejas de sentirte enjuiciada, logras conexión con tus señales de hambre y saciedad, desarrollas la capacidad de poner límites externos e internos de forma asertiva, aumenta tu autoestima, confías en tí, aprendes a gestionar tus emociones… uff!
Recomiendo a ciegas esta visión porque integra todo lo necesario para sanar de raíz y a largo plazo. No es cerrar la boca y listo, no es bajar de peso, no es que estés enferma por entrar en categoría de “obesidad” o “sobrepeso”… esta visión te enseña a cubrir tus necesidades como ser humano, por lo que aprendes a mirarte de forma distinta, y en consecuencia, a cuidarte de forma distinta.
Esta disciplina me ha entregado la capacidad de diferenciar que lo saludable no se ve a simple vista, por ejemplo: ¿es sano correr?, mi respuesta es: depende. No es sano si en tu mente habitan pensamientos de rechazo al cuerpo, si estás sintiendo constante estrés por querer modificar tu cuerpo a toda costa o si estás pensando en correr para quemar calorías… Pero sería sano si es que lo estás haciendo porque conectas con tus necesidades corporales, lo haces con placer, sin llevarte a extremos, sin tolerar dolor.
Esa es la parte que siento mágica de la psiconutrición (integrada con mindfulness, la alimentación consciente, entre otras), que puedes llegar a desarrollar los mismos hábitos que en algún momento hiciste por rechazo al cuerpo, pero esta vez, disfrutándolos, con flexibilidad, equilibrio y conexión contigo misma.
Te invito a reflexionar sobre esto. Yo tomé la decisión hace unos años de que no merezco vivir sintiéndome mal en mi cuerpo, y creo que todos merecemos eso, ¿no te parece?.